El sentido de la vida es un misterio
que nos recorre desde la cuna al cementerio.
El sentido de la vida es cotidiano
pues lo tratamos día a día en nuestras manos.
Nadie sabe el enigma,
que convierte nuestra mente en un estigma,
al mismo tiempo doloroso y placentero,
que reconcome el cerebro del mundo entero.
Mi opinión modesta,
quizá no guste a todos,
es simple como una cesta,
pero fuerte como un toro.
El sentido de la vida es la muerte
pues ante la posibilidad de vida inherte
lo cotidiano se vuelve hermoso
y cada momento, precioso.
Pues sin la muerte de nuestro lado
no habría preocupaciones,
pero todo se volvería un caos
al no haber obligaciones.
Si la vida fuera eterna
cualquier logro sería nada,
todo sería pena,
como un final triste en un cuento de hadas.
Con nuestra mortal existencia
conservamos nuestra esencia,
cada logro es un trofeo,
como los triunfos de Perseo.
La perspectiva de inmortalidad
es un claro signo de fatalidad,
al no poder disfrutar nuestra última cena,
la existencia sería pena.
No habría preocupaciones
y nos volveríamos perezosos
y no existirían cabilaciones
para un mundo más hermoso.
Con la muerte de los animales
nos alimentamos,
sin las muertes naturales,
no habría cadena alimentaria, ni sus amos.
Querido lector, piense siempre,
que la vida es hermosa
y no se devería verter un inmortal veneno de serpiente
en nuestro jardín de rosas.
Por eso para ser feliz
hay que morir,
para que nuestros momentos vitales
sean tan especiales.
All rights belong to its author. It was published on e-Stories.org by demand of Fran Escudero Redondo.
Published on e-Stories.org on 31.08.2009.
Meer uit deze categorie "Filosofisch" (Poems in het Spaans)
Other works from Fran Escudero Redondo
Vond je dit een leuk artikel? Kijk dan eens naar het volgende: