Aitor Alcain

Carta desde la oscuridad de la noche

Carta desde la oscuridad de la noche
 
No sé cuál es el sentido de estas palabras. Desde el silencio de la noche las escribo. Intento vanamente dar sentido a mis días. Entender el porqué de muchos momentos. Desde el silencio todo parece ser más fácil. Es de noche. Encerrado en mi celda. Escuchando el silencio. Pasa el tiempo. Nada se mueve cerca. Escribo cual reo espera su cadalso.
Creo que ha pasado ya el dolor y el sufrimiento. No lo sé. Con el tiempo lo sabré. Sí. Creo que estoy en el momento adecuado de escribir esto. Sin juicios emocionales que decidan las palabras. Escribo desde el silencio. Desde la nada. Sin neurosis. Sin euforia.
Mi actitud con el mundo ha cambiado. No lo creo. Mi corazón siempre se ha inclinado hacia el tierno sentimiento de la bondad y el amor a los demás. Si abandoné al mundo, fue por mis diferencias con éste. Pero nunca anidó en mi pensamiento la idea de asaetarlo. Lo contemplé protegido desde mi propio mundo introspectivo. En silencio. A menudo con devoción. Pero desde la distancia. Amo al mundo pero detesto su juicio formal e inhumano. Hitler fue la encarnación de los ideales totalitarios del mundo. Su consecuencia: el odio.
Decido quien soy. Apolo o Dionisos. La nobleza o el desenfreno. Lo soy todo. No me defino. Bisexual. Concepto esencial. Esencia. Ser lo que uno es. No lo que los demás quieren que seas. Uno decide. Se es lo que uno es.
Abandonado del mundo y sin intención de retornar a él. Me sedujeron unas palabras y accedí a entrar. La amo. Mi corazón no la olvida. Sabía del peligro de enamorarme de una chica que no aceptaría mi realidad. A mí. El gran error: no presentarle mi bisexualidad. Uno acepta su mundo. Se enorgullece. Se enamora de su esencia. Pero la ley del mundo la ignora. Prejuicios y miedos. Enemigos de la verdad, la libertad y el amor. Por miedo a la incomprensión del mundo me alejé. Y vuelvo a él enamorado de una chica.
Desde la nada y el silencio fui al mundo y encontré la belleza de la amistad. De el amor. Las risas del mundo. La felicidad. I was God. Los encantos del mundo seducen. Qué feliz era. La quería y la quiero.
Vuelvo a alejarme del mundo. Ella se enteró. Eso creo. No sé qué sabe. Me duele mucho. Rechazada mi esencia. No mis actos. Fiel. Culpable ante mí por no erigir mi bisexualidad como mi bandera ante el mundo. Ella no lo entendería. No lo entiende. Mi culpa: enamorarme de un error. Error trágico. Se enteró y desapareció en silencio. Sin explicaciones. Solo un: 'tú sabrás si quieres que se enteren o no'. Es injusto pensaba. Aún lo pienso. O ya no pienso nada. Repito: desapareció. Yo hice lo mismo. El mundo no quería que volviera a él. Qué bello el sentimiento de la amistad y el amor. No hay odio en mi corazón. Solo silencio y aceptación. No lo entiendo. La vida parece no tener sentido. Y es ese su sentido. Dar sentido es dar forma. Dar forma es romper la esencia. Soy lo que soy. La quiero. Ahora estoy en silencio.
 
 

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Published on e-Stories.org on 02.12.2013.

 
 

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