Eva Cuiñas Novoa

Ha vuelto a ocurrir

Ha vuelto a ocurrir........... y una vez más, de forma inesperada y por casualidad.

Había salido a dar un paseo, y prometía ser tranquilo y sosegado.

Un paseo sin prisas, a esas horas en las que el día acaba su turno de vigilancia y da el relevo a la noche, Esos momentos en que los destellos del sol se tornan de un brillo mate ridiéndose ante la majestuosa luz de la luna, esos instantes en que ambos luchan por el poder y como testigos las nubes, que se tiñen de un discreto color rosáceo para presenciar tan interesante batalla.

Y allí estaba yo, ajena al espectáculo, con pasos acompasados, apoyando los pies en el suelo con decisión y firmeza, quizá para establecer un nexo de unión entre la realidad y la ficción. Como si cada paso me ayudase a recordar que despues del vuelo, tendré que volver a posarme.

Continué observando y caminando al otro lado del cristal, esa barrera casi infranqueable con la que me visto, que nadie ve, pero que algunos intuyen. y.....

noté algo extraño, una energía que invadía mi espacio y era tanta la intensidad que me obligó a volver sobre mis pasos y.... allí estaba, cual imagen inerte, impecable, perfecto, brillante, destacando de su entorno variopinto, con elegancia e incluso con esencia de altivez.

Me invadía una cascada de sentimientos contradictorios y confusos, pero mi corazón latía muy deprisa y el deseo se colaba por mi piel a la misma velocidad que la sangre por mis venas, como tratando de avisar de que algo nuevo intentaba atravesar la jaula donde permanece atrapados los sentimientos incontrolados y salvajes. Alguien trataba de abrir la puerta arriesgándose a "soltar" lo desconocido.

Me quedé inmóvil, no podía dejar de mirarlo y sé que se dió cuenta pero permanecía impasible en aquel rincón discreto que aún así, le permitía exhibirse en medio del gentío.

Y despues de emborracharme de unos instantes de excitación, continué mi camino, pero mi mente no podía desconertar de esa imagen, que ahora permanecía grabada cual lienzo de valor incalculable.

Amaneció, y la primera visión con la que se abría mi ventana hacia un nuevo día era la de el.

No sabía que me estaba ocurriendo, me sentía mal porque de nuevo peleaban el deseo y el temor y como árbitro el sentimiento de culpa, pero, todo eso se disipaba cuando su imagen volvía a mi mente como una obsesión, y sabía que tenía que volver allí, a buscarlo con la mirada, a comprobar si era real o si había sido un sueño.

Y fui, claro que fui, y por el camino me invadía el temor de no volver a verlo y la tranquilidad de que si así era, acabaría con esta tortura, pero si estaba allí sabía que tenía que hacerlo, tenía que sentirlo de cerca, tocarlo y... conocer su interior.

A medida que me acercaba sentía de nuevo esa intranquilidad, y si, ¡¡¡estaba allí!!!! lo veía a lo lejos, al principio lo miré espectante desde la distancia y dudé, pero..... entré, y si, lo hice.... me acerqué, hablé, lo toqué, lo sentí y fue ¡¡¡maravilloso!!!! y era tal cual me lo imaginé, así de impactante, de elegante, ... diferente, alguien capaz de desordenar mis deseos.

Pero, todo eso tan solo duró unos minutos.

Sabia que no podía ser y me sentí mal aún a sabiendas de que él permanecía al margen de lo sucedido, pensé que quizás se sentiría acorralado e incluso asustado o a lo peor en su interior brotaba una carcajada que todavía continua ¡¡que locura!!!

Ya todo se había acabado y tenía que ser así, pero al menos por unos instantes pude estar con él.

Yo.... lo deseaba, pero entendí que era un imposible. Me senté en uno de los bancos de piedra que había justo a la salida e instintivamente se flitraba la música de la chica del violín que serenaba mi ira y mi impotencia. Tenía que conformarme con buscarlo una y otra vez entre la gente y algún día lo vería del brazo de otra que no soy yo.

No era la primera vez que sucedía y la decisión de anotarlo en el libro de los deseos y pasar la página era la mejor solución, al menos la más coherente.

Y despues escuchar las últimas notas dibujadas en el violín cansado, puse fin a esta historia imposible.

....No, no puede ser, no puedo comprarme ese bolso, demasiado caro, no me lo puedo permitir


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Published on e-Stories.org on 07.11.2011.

 
 

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